El resfriado o mucosidad es una infección del aparato respiratorio que puede tener diversas causas.
Puede afectar a cualquier especie, pero son especialmente sensibles a esta infección algunas como la Geochelone Pardalis (tortuga leopardo) o la Testudo Graeca Graeca.
Puede ocurrir en cualquier época del año, es difícil de detectar en las primeras fases de la infección, y las tortugas afectadas suelen recaer, a pesar de someterlas a tratamiento.
Si un animal ha sido infectado, puede, y de hecho lo hace con frecuencia, convertirse en un transmisor de la infección. Aún no mostrando ningún síntoma, puede infectar a cualquier tortuga que esté en contacto con ella.
Es más común cuando se tienen muchas tortugas juntas, y además de distintas especies, y puede extenderse extraordinariamente rápido si no se toma una medida de prevención.
Si el resfriado no se atiende, puede convertirse en neumonía aguda o crónica.
Hay diversos factores que pueden incrementar las posibilidades de que una tortuga desarrolle una infección del aparato respiratorio: un entorno polvoriento (el polvo puede irritar las membranas que provocan la mucosidad), cuerpos extraños alojados en la nariz, humedad o temperatura inadecuadas, falta de luz solar, que las tortugas permanezcan en una zona con hierba húmeda (césped), sin acceso a arena, masificación, malnutrición y estrés.
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